Como se ha hecho costumbre en el Hollywood de hoy, una cantidad considerables de las producciones cinematográficas estrenadas cada año son remakes y secuelas de películas anteriores, lo cual revela una escasez de originalidad cada vez mayor. El 2006 no se salva de esta “moda” y ya nos ha brindado una buena cantidad de este tipo de películas.

Otro de los remakes connotados del año, es sin duda, La Profecía. Su versión original fue titulada con el mismo nombre (La Profecía o The Omen) y se remonta al año 1976. El terror de los setenta ha sido el más afectado por la ola de remakes existentes, incluyendo dentro de éstos a El Amanecer de los Muertos, La Niebla, Terror en Amityville, Masacre de Texas, por nombrar algunos. Para el caso de La Profecía la historia es prácticamente la misma, donde un destacado diplomático ve con horror que el hijo que esperaba junto con su esposa nace muerto, y sin decirle a su mujer, acepta la de un sacerdote, el cual le entrega otro niño recién nacido, sin saber que era, nada menos, que el anticristo, el propio hijo del demonio. La película, como era de

A pesar de todo, podemos encontrar cosas rescatable de este infame remake, como por ejemplo: el niño Damián, cuya imagen es más perturbante y tétrica que el antiguo, la famosa escena con el perro rotweiller (la cual dejó marcados a los pobres animales, en la psiquis humana, como diabólicos) y por supuesto el poco célebre estreno de l película el 6 de junio de este alo (06/06/06), que dejó a más de alguien con paranoia.
Es de esperar que a nadie se le ocurra, por lo menos dentro de los próximos veinte o treinta años, realizar un remake de Tiburón, El Exorcista (sin contar sus recientes precuelas) o Alien, porque eso sería un sacrilegio mayor.
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